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El Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuadas de las mujeres en Colombia: entre la vulneración y la resistencia

    El movimiento de mujeres en el país se ha caracterizado por luchar en pro de la defensa de sus Derechos, los Derechos de sus comunidades y la defensa de sus territorios. En este proceso, el tema alimentario cada vez ha tomado más relevancia, por dos hechos concretos:

    1. Las mujeres colombianas dedican más del doble del tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado (TDCNR), que involucra las actividades asociadas a la alimentación. En las zonas rurales, esta cifra es aún mayor. El suministro de alimentos en Colombia es la principal actividad de producción no remunerada, con un 35 % en comparación con las otras actividades del TDCNR. De este porcentaje, el 4 % lo realizan las mujeres. La lucha está puesta en la valoración y el reconocimiento de esta fundamental contribución.
    2. El campesinado alimenta el mundo, siendo que produce casi el 70 % de los alimentos que consume la humanidad y en esa producción, el rol de las mujeres campesinas, pescadoras y rurales es fundamental, pues con sus labores de labranza de la tierra, cuidado de semillas, pesca y trabajo de cuidado de sus familias, dan gran sustento a la garantía de la soberanía alimentaria de las comunidades.

    Violaciones a los Derechos de las mujeres

    A pesar de su aporte al avance y sostenimiento de la nación, las mujeres, las niñas y cuerpos feminizados siguen sufriendo de manera desproporcionada el impacto de la desigualdad, la pobreza y las violencias de todo tipo. Estas afectaciones, llevan a que no dispongan de las mismas oportunidades de progreso, ni el mismo acceso a recursos, a la tierra, a créditos, a materiales agrícolas, a mercados, entre otros.

     

    Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación, la salud, la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua, el saneamiento básico o el transporte. Adicionalmente, las secuelas del conflicto armado todavía tienen un impacto muy grande que se siente en los territorios, en los cuerpos y en las memorias.