781 visitas en total,  2 visitas hoy

Las organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos indígenas lanzan una contramovilización mundial contra los actos previos a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, del 25 al 28 de julio de 2021.

Más de 300 organizaciones mundiales de productoras y productores de alimentos a pequeña escala de la sociedad civil, personas que trabajan en el ámbito de la investigación y pueblos indígenas se reunirán en un evento híbrido (del 25 al 28 de julio) para protestar contra los actos previos a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios. La Contramovilización de los pueblos para transformar los sistemas alimentarios corporativos es la más reciente de las manifestaciones de
rechazo a la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios, incluida la petición de boicot formulada por una coalición científica.

La Respuesta autónoma de los pueblos a la Cumbre sostiene que la Cumbre desvía la atención de los verdaderos problemas a los que se enfrenta el planeta en la encrucijada actual. La Cumbre es fruto de una asociación entre las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial (formado por las 1 000 empresas más importantes del mundo) y está desproporcionadamente influenciada por el sector agro-alimentario industrial, además de carecer de mecanismos de transparencia y responsabilidad. La Cumbre está desviando la energía, la masa crítica y los recursos financieros necesarios para apoyar soluciones ya existentes y cuyo potencial para abordar las múltiples crisis del hambre, el clima y la salud ya está demostrado.

Los sistemas alimentarios globalizados e industrializados están fallando a la mayoría de las personas, y la pandemia de COVID-19 no ha hecho más que empeorar la situación. Según el informe de la ONU El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI), el número de personas que padecen subalimentación crónica en el mundo ha aumentado a 811 millones, mientras que casi un tercio de la población mundial no tiene acceso a una alimentación adecuada. El Sur Global todavía se tambalea a causa de la Covid-19, lo que deja al descubierto las arraigadas asimetrías estructurales de poder, la fragilidad y la injusticia en que se basa el sistema alimentario predominante.

En la protesta participan más de 380 millones de personas que forman parte de los movimientos
transnacionales de personas campesinas y agricultoras, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, personas
dedicadas al pastoreo, personas sin tierra, migrantes, pescadoras y pescadores, personas que se dedican a trabajos agrícolas y alimentarios, integrantes del sector de los consumidores y habitantes de núcleos urbanos que sufren inseguridad alimentaria. Estas personas exigen una transformación radical de los sistemas alimentarios corporativos hacia un sistema alimentario justo, inclusivo y que sea verdaderamente sostenible.

Asimismo, exigen una mayor participación en los modelos de gobernanza alimentaria democrática existentes, como el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU (CSA) y su Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición (GANESAN). La Cumbre amenaza con socavar el CSA, que es la principal plataforma intergubernamental inclusiva de formulación de políticas internacionales. Al tratarse de un órgano que, de manera excepcional, prioriza un enfoque basado en los derechos humanos, el CSA proporciona un espacio para que las personas más afectadas puedan dar su opinión. Sin embargo, el sistema multilateral de las Naciones Unidas está siendo secuestrado por los intereses corporativos con el fin de legitimar un sistema alimentario aún más perjudicial, impulsado por la tecnología y sumido en la crisis.

Esta contramovilización refleja la preocupación por la dirección tomada por la Cumbre. Pese a que la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios afirma que es una “Cumbre de los pueblos” y una Cumbre de “soluciones”, en realidad facilita una mayor concentración empresarial, fomenta cadenas de valor globalizadas insostenibles y promueve la influencia de la agroindustria en las instituciones públicas.


Entre las falsas soluciones promovidas por la Cumbre se incluyen soluciones “positivas para la naturaleza”, planes voluntarios de sostenibilidad empresarial, organismos genéticamente modificados (OGM) y biotecnología, agricultura regenerativa e intensificación sostenible de la agricultura. No se trata de soluciones sostenibles, ni asequibles para los productores de alimentos en pequeña escala, y tampoco sirven al bien público. La Cumbre es un intento de los agentes corporativos de normalizar los apaños tecnológicos rápidos y perjudiciales, que no abordan las injusticias estructurales como el acaparamiento de tierras, territorios y recursos, la pérdida de biodiversidad y creciente la desigualdad económica.

La contramovilización paralela presentará las realidades de las personas que producen alimentos en pequeña escala y, en general, de las personas trabajadoras, así como sus visiones para una transformación de los sistemas alimentarios basada en los derechos humanos y en la agroecología. Se destacará la importancia de la soberanía alimentaria, la agricultura sostenible en pequeña escala, los conocimientos tradicionales, los derechos a los recursos naturales y los derechos de las personas trabajadoras, los pueblos indígenas, las mujeres y las generaciones futuras. Los debates se centrarán en soluciones reales: normas vinculantes en respuesta al abuso empresarial, el fin del uso de los plaguicidas y la promoción de la agroecología como ciencia, práctica y movimiento.

El programa incluirá las siguientes actividades:

25 de julio de 2021: Una manifestación mundial por medios virtuales con las personas que producen
alimentos en pequeña escala y las opiniones de personas de las comunidades de base.


• 26 de julio de 2021: Una declaración política de apertura y tres mesas redondas públicas sobre el
contexto de la Covid-19, las crisis del hambre y del clima y la forma en que la Cumbre impulsa la
captura corporativa de la gobernanza y la ciencia.

• 27 de julio de 2021: 15 eventos de la sociedad civil dedicados a las alternativas y puntos de vista de
esas personas sobre los sistemas alimentarios.

• 28 de julio de 2021: Un panel de cierre con un resumen preliminar de la contramovilización y una
propuesta para cuestionar la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios en
septiembre.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *