Una gran mayoría de los estados han dicho sí a la protección del futuro del mundo rural -y del planeta- a pesar de algunos baches en el camino.
Argumentos para abstenerse y abstenerse
En el piso, la Unión Europea y Alemania mostraron su preocupación por el reconocimiento del derecho a las semillas, la tierra, la biodiversidad, así como a la soberanía alimentaria, pero no reconocido por el derecho internacional de los derechos humanos. La UE afirmó que no hay lugar para la creación de “nuevos derechos” en la Declaración, a pesar de que representan los intereses y las necesidades de más de 2 mil millones de personas en todo el mundo.
Después de más de 5 años de negociaciones sobre el texto, algunos estados han permanecido reacios a reconocer la necesidad de una Declaración para garantizar la protección, el respeto y el acceso del mundo rural a los recursos naturales. Los tiempos de despojo, pobreza, aumento de las cifras de hambre, aumento de la desigualdad a nivel mundial y destrucción ambiental y climática grave, requieren necesariamente que los estados protejan los derechos de las comunidades locales a la tierra, el agua, los bosques, la pesca y los pastos.
Próxima parada: Nueva York
Ahora la Declaración está lista para dirigirse a la sede de la ONU en Nueva York, donde tendrá que pasar por la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en octubre, antes de acudir a la Asamblea General para una votación final en diciembre .
“La adopción de esta Declaración de la ONU es un punto de inflexión para el sistema internacional de derechos humanos. En un momento en que la ONU arriesga su legitimidad por una promoción sesgada de intereses corporativos, esta declaración muestra que es posible revitalizar el mandato original de la ONU “, dice Sofia Monsalve Suárez, secretaria general de FIAN Internacional.
El próximo paso para los ciudadanos de todo el mundo es presionar a sus gobiernos y que los estados finalmente voten por su adopción definitiva. NOTAS PARA LOS EDITORES: El proceso para una declaración de los derechos de los campesinos ha sido un largo viaje para el mundo rural y los movimientos sociales en todo el mundo. El OEIWG se creó en septiembre de 2012 mediante la Resolución 21/19, como resultado del trabajo de promoción de La Vía Campesina y una larga lista de organizaciones de apoyo a lo largo de más de 15 años.