El proceso de construcción de estas directrices estuvo plagado de dificultades, básicamente por la injerencia de las corporaciones y la captura corporativa de los espacios de decisión. Eso hizo que estuvieran lejos de lo esperado por las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones sociales, y los y las académicas sin conflictos de interés. No obstante, en ellas se encontrarán algunos elementos importantes que contribuirán en la lucha por el DHANA y contra las dietas corporativas y el sistema alimentario imperante.

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