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Entre el 26 y 30 de abril de 2018, el Movimiento Social en Defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí – Ríos Vivos Santander, en articulación con organizaciones defensoras de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional, realizó la “Misión a Campo Lizama: Fluye el petróleo, sangra la tierra” para contribuir a la defensa de los derechos de las comunidades y los territorios afectados por el derrame de crudo en el municipio de Barrancabermeja, que inició el pasado 2 de marzo.
Durante la jornada, un grupo de alrededor de 25 lideresas visitamos la zona afectada por el derrame petrolero en la región del Magdalena Medio santandereano, con el propósito de documentar los impactos y daños provocados sobre los ecosistemas y comunidades, buscando así contribuir a la socialización de la problemática provocada por el derrame de la que hasta ahora se encuentra bajo un manto de incertidumbre, ya que por ahora no hay mayor información presentada al respecto por parte de autoridades locales y, además ha sido silenciada la voz de las comunidades afectadas, quienes han encontrado en pocos medios de comunicación espacios para hablar de las afectaciones que a la fecha, aún persisten.
Tras sostener reuniones con la Secretaría de Ambiente, Defensoría del Pueblo y la ONU y realizar recorridos por La Fortuna, Ciénaga El Llanito y La Cascajera en Barrancabermeja; sector La Playa, Betulia; San Luis de Río Sucio en Sabana de Torres; La Lizama, San Vicente de Chucurí; y el Carmen de Chucurí en conversación directa con las comunidades. Como misión de mujeres compartimos la preocupación de las comunidades afectadas, ya que después de casi dos meses desde que empezaron a surgir los afloramientos, solo existe la cifra de 81 familias damnificadas, desconociendo el total de personas afectadas por este desastre ambiental. Sumado a esto, constatamos que el desastre ambiental no solo no está controlado por completo, sino que en múltiples zonas aún continúan los afloramientos, los olores en algunos sectores son inaguantables e incluso en sectores de la Lizama y la Fortuna fueron desalojados tanto comunidades, como estudiantes (quienes llevan varios días sin poder estudiar) ya que persisten emanaciones de gas.
Es importante resaltar que entre los múltiples relatos de la comunidad, se identifica una pérdida de confianza en la institucionalidad lo que se ve reflejado en la ausencia de denuncias ante Defensoría sobre este desastre ambiental. Así mismo, familias que se negaron a abandonar sus hogares en las inmediaciones del caño Lizama, el cual aún se encuentra con gran cantidad de trazos de hidrocarburos, manifestaron estar siendo amedrentados presuntamente por trabajadores de Ecopetrol por negarse a ser reubicados en hoteles, e incluso una menor de edad en horas de la noche recibió el impacto de un ladrillo en su cara por personas que no identificaron, pero que son acciones aberrantes que re victimizan a las y los afectados. De ser cierto, exigimos que estos hechos sean clarificados.
Así mismo, como Misión Internacional de Mujeres pudimos identificar entre las zonas visitadas una serie de problemáticas ambientales en Barrancabermeja y sus alrededores que son sumamente preocupantes, tanto fuentes hídricas como el complejo de ciénagas, no solamente han sido afectados por el derrame sino que además desde hace varios años recepcionan vertimientos de lixiviados, tienen un control constante del crecimiento de sus aguas como el caso de la ciénaga del Llanito y que reciben cuantiosos residuos de hidrocarburos provenientes de la refinería de Barrancabermeja. Además, escandaliza que Ecopetrol ya esté realizando reactivación de la comercialización de la pesca en la zona, si aún no hay mayor información con respecto a la toxicidad de los peces y se han encontrado muchos de éstos contaminados.
Con todo ello, se hace cada vez más urgente la necesidad de producir información de primera mano y respaldar a las comunidades que se sienten intimidadas para visibilizar lo que allí sucede, no permitiendo que se minimice la tragedia ambiental y lo que ha traído consigo: despojo y desplazamiento de comunidades enteras a costa del desarrollo. Esta misión permitió ver la magnitud del impacto y la falta de respuesta institucional, así como una falta de articulación entre las catástrofes ambientales y las instituciones, más cuando de por medio hay grandes empresas como Ecopetrol. Por estas razones, las organizaciones que hicimos parte de este recorrido, hemos decidido seguir con la misión, pues hace falta indagar, investigar, cuantificar y visibilizar mucho más esta problemática. Las actividades a seguir se concentrará en una gira de incidencia en la ciudad de Bogotá del 21 al 25 de mayo y la posterior publicación del informe de la misión en rueda de prensa los primeros días del mes de junio en los que se detallará todo lo investigado.
Exhortamos a las autoridades locales, a la comunidad ambientalista, a medios de comunicación regionales y nacionales, y en general a toda la sociedad colombiana a que respalden a todas las comunidades afectadas en esta tragedia ambiental pues deben ser realmente reparadas, la mayoría de ellas viven en torno a la pesca y están pasando necesidades; además la naturaleza también debe ser reconocida como víctima en este desastre que lamentablemente tardará muchos años en ser solventado verdaderamente.
SE SUMAN A ESTA CONVOCATORIA:
MOVIMIENTO SOCIAL EN DEFENSA DE LOS RÍOS SOGAMOSO Y CHUCURÍ
RESISTENCIA A LA MINERÍA DEL CARMEN DE CHUCURÍ
GRUPO DE ESTUDIOS EXTRACTIVOS Y AMBIENTALES DEL MAGDALENA MEDIO – GEAM
COLECTIVO DE ABOGADOS JOSÉ ALVEAR RESTREPO // CORPORACIÓN YARIGUIES
ESPACIO DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE DERECHOS HUMANOS
ORGANIZACIÓN FEMENINA POPULAR // CORPORACIÓN COMPROMISO
CUMBRE AGRARIA, CAMPESINA, ÉTNICA Y POPULAR – CACEP // FIAN COLOMBIA
FUNDACIÓN COUNCO, FUNTRAMIEXCO // EL CUARTO MOSQUETERO
FUERZA DE MUJERES WAYUÚ // COLECTIVO POR LA PROVINCIA DE SUGAMUXI
COMITÉ PARA LA DEFENSA DEL AGUA Y EL PÁRAMO DE SANTURBÁN